lunes, 21 de junio de 2010

Recuento escueto de dos semanas de excesos

Los ríos de vino han sido tan caudalosos que desde que me adentré en ellos no he podido salir ni para escribir la primera entrada de este blog, que más que un diario de viaje detallado, es un cuaderno de notas escuetas sobre mis noches de vino, la gente que me impresiona, los lugares de lo que me enamoro, y mis desvaríos emocionales (que son bastantes).
Llegué al Sur del Sur a las 6:50 am de un domingo friolento. Me fue a buscar Don Luis, una especie de duendecillo regordete, enrojecido y hablador que Josefina, mi jefa, había mandado a recojerme. A duras penas le pude explicar a dónde iba...
-- No se preocupe, ahí encontramos la calle señorita --me dijo, y así fue.
En el trayecto iba con los ojos pelados pero no recuerdo nada de lo que ví. Así son los primeros encuentros con las personas o los lugares. Uno los recuerda como si se tratara de un sueño: tenía el pelo negro o más bien era castaño, la plaza tenía en el centro una fuente o un jardín de flores?
Calles entremezcladas y la sensación de que estaba en un lugar limpio y organizado (más que Caracas, más que Nueva York).
Mi habitación en el apartamento de la Pancha (mi amiga chilena que nos está alquilando dos habitaciones a mi y a Amy, mi amiga gringa que también se vino a hacer pasantías) es hermosa. Tengo una terraza para mi sola, que hasta ahora no he usado ok, pero al menos la tengo, y el closet es gigante, tanto que creo que no me traje ropa suficiente.
La Pancha es un ángel, me llevó el primer día a cambiar dinero, a comprar un mapa y a comer comida chilena... Empanada de pino (carne molida con cebollas, aceitunas y una mitad de huevo), polllo a la plancha con pure picante y pisco sour...
Al día siguiente vino tinto, con un pollito y champiñones que preparé y alcachofas que preparó la Pancha, al día siguiente vino blanco con tomaticos cherry y mozarella, al día después pasta al olio (aceite con ajo, y pedacitos de tomate) y el de más arriba una botella de vino blanco de cuatro dólares (el precio no se correspondía con la calidad) para celebrar que me habían publicado mi primera historia en el Washington Post.
El viernes de esa semana noche de chicas (Amy, la Pancha y yo) en un bistro francés, donde comimos crepes y bebimos vino. Dos botellas de blanco. No me pregunten cuál, me ha dado flojera anotar etiquetas, yo lo que quiero es que queden registrados en la memoria de mi paladar. Después, de bares a tomar pisco sour y a levantarse a la mañana siguiente como una quinceñera que tomó cerveza por primera vez: estúpida y asquerosamente enratonada.
Todavía no he tenido conversaciones trascendentales pero sí he conocido gente interesante y me he tomado todo el vino que me ha pasado por delante... bueno, caro, barato... nunca malo.
Dos semanas que anticipan dos meses de excesos. Excesos sureños.

7 comentarios:

  1. Hola! La decoración de tu casa es muy linda, pero...impide leer con nitidez la historia. Saludos

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  2. En eso estaba pensando. Ahora está mejor. Se ve menos la casa pero se lee mejor la historia que es el objetivo.
    Saludos!

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  3. Dan ganitas de sumarse a una de esas noches de chicas..con tanto vino y comida rica... Saludos de este lado del charco...

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  4. Los chilenos son lo máximo. Muy gentiles, sinceros y muy buena onda. Y no lo digo sólo porq mi familia es de ahí :p

    saludos extranjera, de nuevo. La mejor de las suertes.

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  5. Hola... Me bebído con desparpajo tus líneas. Qué facilidad tienes para comunicar...

    El otro blog me parece mucho más rico y fácil, creo que este color gris no ayuda del todo!

    Como colega, te sugiero no cometer el homicidio, que deparas para Extranjera...


    saludos desde ccs,

    Jose

    Saludos José

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  6. Hola!

    Me alegra que la estés pasando bien. Te echaba de menos. Yo estoy preparando 3 semanas de vacaciones a mi México natal, con intención de investigar si es viable regresar... Un beso.

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  7. J: véngase para acá.
    Fede: sí, po... jajaja!
    Jose: Gracias que bueno que te gustan. Sí, pienso que en extranjera se leían mejor las cosas pero me quiero arriesgar con esta plantilla. Le hice unos cambios a ver si se mejora. Lo que sucede con Extranjera es que ya no me provoca escribir como antes... vamos a ver si es solo una etapa.
    Herminia: que rico que te vas a México, disfruta mucho y tenme cuentos al regreso.
    Un abrazo!

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